6 dic 2009

Economia sostenible sustentada en valores


El análisis y debate que el papel de la economía debe jugar en el conjunto de la sociedad y de la civilización, así como su propio equilibrio y que lugar tiene que ocupar en la formación de la sociedad y su estructura, tiene más de 2.500 años.

Aristóteles, ya en su obra La Política indica:
"… De manera que a algunos les parece que acrecentar la hacienda, es el oficio propio de la economía y están firmes en esta convicción, que la posesión del dinero se ha de conservar y aumentar sin término, ni límite ninguno…"
"… Porque el oficio de la fortaleza, no es hacer dineros, sino hacer los ánimos valientes, ni de la medicina, hacer dineros, sino reparar la salud. Pero los hombres convierten todas las artes en ganancia, como si este fuese su último fin…"

En Sicilia hubo cierto individuo que compró todo cuanto hierro había en las herrerías. Viendo como los mercaderes venían a comprarlo, lo enajenaba con gran exceso en el precio; de este modo, con cincuenta talentos que empleará en el negocio, ganó otros cincuenta y los hizo ciento. Cuando lo supo Dionisio, el tirano de Siracusa, le mandó que se llevase su dinero, pero no le permitió por más tiempo residir en la ciudad, como persona que había descubierto un modo de renta nada provechosa por el interés del común.

En este texto el filósofo estirigita, plantea dos cuestiones capitales para entender un nuevo modelo de hacer economía por venir, basado en la ética y los valores:
  • Virtud y sobre todo aretê, virtudes morales; significa que los ciudadanos a nivel profesional, artesano, laboral, realizan lo mejor posible su labor u oficio y no que este sea meramente un factor mercantil.
  • La segunda lección es que la economía, que solo beneficia a uno o algunos y no redunda en el bien común o en el conjunto de la sociedad; y no tiene valor humano, social o económico, si no que va contra el conjunto de la civilización.
Desde esta argumentación en tanto los poderes públicos, como la sociedad en su conjunto, deberían apoyar a empresas o estructuras que planteen un formato horizontal de sus plusvalías y no subvencionar o consumir de estructuras de carácter vertical. De forma que la economía es sostenible cuanto más horizontal es la distribución de las plusvalías.

Si una persona realiza un negocio especulativo en el cual consigue una alta ganancia, esto es estrictamente legal pero no aporta nada al conjunto de la sociedad. Por el contrario una persona que invierte en una empresa, crea puestos de trabajo, compra mercaderías o servicios a proveedores, paga los costes sociales, paga tributos, etc. está siendo una acción más valiosa, desde el punto de vista económico, que en el caso anterior.

Una de las diferencias más importantes, es que el primer sujeto ejerce un factor económico a corto plazo, sin ninguna continuidad y sin ningún aporte o beneficio para el bien común. En el segundo caso la opción es de largo plazo, de creación y mantenimiento de los puestos de trabajo y de aporte de costes sociales y de impuestos. De forma que no estamos ante un debate ideológico, sino de lógica económica y social. Además que el tipo de economía verticalista, individualista y del corto plazo subyace la corrupción como variable endémica, como elemento de consolidación de las propias operaciones. En el tipo de economía horizontal lo que se inscribe como endémico es el esfuerzo, el trabajo y la cooperación.

El Dilema del Prisionero

Para algunos analistas económicos y sociólogos, la cooperación o el crecimiento en red, será una de las opciones más favorables para afrontar el fomento de un nuevo modelo. ¿Estamos ante un nuevo paradigma? Desde el punto de vista de Kuhn, o nos hemos olvidado de que el homo sapiens, sobrevivió y esta donde está, gracias en parte a el nivel de cooperación social que fue capaz de desarrollar en tiempos prístinos. Es algo de pasado remoto, que los seres humanos hemos olvidado gracias en parte por la obsesión ya marcada en el rótulo de la Ilustración como dominio de la naturaleza, analizada por la Escuela de Frankfurt , en dos de sus más ilustres representantes, Horkheimer y Adorno.

El dominio, como elemento de control y deshumanización del ser humano. (Al dominio volveremos más adelante). En este punto descifraremos la historia del egoísta moral, del cuento el Dilema del Prisionero, narrado por Gauthier. Puede existir una razón no moral para ser moral, un tipo de análisis que hasta el egoísta puede reconocer.
El cuento nos muestra a dos prisioneros incomunicados e interrogados, para que confiesen, los guardianes al menos en el intento de lograr una confesión que al menos les permita tener un culpable, proponen a ambos prisioneros una reducción de pena si delatan al compañero. Estas dos alternativas, nos llevan a cuatro posibilidades o soluciones:
  • 1) Si los dos se delatan, cada uno recibe una dura sentencia.
  • 2) Si ninguno delata (cooperan), reciben ambos una sentencia leve.
  • 3) y 4) Si uno delata y el otro no, quién delata recibe la sentencia leve y el otro la máxima.
Si los dos jugadores se comportan de una forma auto interesada, ambos tienen una estrategia dominante haga lo que haga el otro: delatar. Lógicamente la mejor opción sería la de la cooperación. Los jugadores están incomunicados y no se fían el uno del otro, elegirán el peor resultado. Si se rompe la confianza mutua en la economía, en la sociedad, todos salimos perdiendo.

Para Pareto sería elegir un resultado ineficiente. ¿Pero cómo el egoísta puede elegir una opción de cooperación, si aparentemente va contra sus intereses?. Tendría que plantearse que puede conseguir mejor su objetivo, si existiese cooperación. ¿Cómo vencer la desconfianza mutua? Identificando a los cooperadores. Gauthier distingue tres tipos de actitud ante la cooperación:
  • La transparente: El individuo muestra su intención de cooperar, pero, por tal motivo corre el riesgo de ser explotado.
  • La opaca: No dar pistas de querer cooperar, con lo que disminuyen las posibilidades de un encuentro mutuamente beneficioso.
  • La traslúcida: Enseñar las cartas de la cooperación sin desvelar el juego; solo esta última maximiza mejor los interese del egoísta completo.
Este dilema es transcendental para generar confianza social, para evitar grandes problemas sociales y económicos, como… pagaría más impuestos, si los demás también los pagaran o primero que haya buenos servicios y luego pagaría más impuestos.
El gen egoísta, convive con la humanidad desde el principio, pero, dado que nuestra sociedad cada vez es más compleja, más atomizada y sobre todo más fragmentada, incluso el egoísta completo, tiene que cooperar, si no su aislamiento le restará muchas posibilidades y a medio y largo plazo fracasará en sus objetivos. Solo pueden estar aislados las bestias y los dioses, y este no es el caso de nuestro protagonista.

Derechos de tercera generación/derechos a la solidaridad

En 1942 se promulga el informe Beveridge, como intento de consolidación del Estado de Bienestar, su objetivo era paliar la inseguridad de la población inglesa después de la Segunda Guerra Mundial. A mediados del siglo XX T.H. Marshall escribió un artículo llamado: Ciudadanía y Clase Social, en el cuál distingue entre tres tipos de derechos:
En el siglo XVIII, predominan los derechos civiles, las libertades personales, libertad de expresión, de pensamiento, de religión, de abolición del trabajo servil, derecho a adquirir propiedad. Es posible que el rótulo Jacobino Francés fuera: Libertad, Igualdad y Propiedad. Acorde con una revolución burguesa.
En los siglos XIX y XX, aparecen los derechos civiles y políticos, los derechos sociales, sistemas educativos y los servicios sociales. En la actualidad estaríamos ante los derechos de tercera generación o derechos a la solidaridad, de derechos de ciudadanía. Derecho al desarrollo sostenible, a al intimidad, a la defensa de los derechos de los consumidores, derechos que intentan preservar la calidad de vida de los ciudadanos. Para Marshall, la ciudadanía social es un requisito indiscutible de la Justicia.

La tradición liberal y sus nuevos formatos neoliberales mantienen el laissez-faire, como modelo más efectivo y eficiente de la economía y la construcción social, estamos ante el final del modelo? Lo que nos ocupa es una crisis económica, un fallo del capitalismo o estamos ante el final del modelo?. Están además en juego la identidad y cultura europea, con Kant diríamos, identidad y cultura que son del “mayor interés”. La Libertad, la Justicia y la Solidaridad.

La Dialéctica de la Ilustración, obra realizada en 1944 por Horkheimer y Adorno, después de 65 años, cada vez tiene más vigencia. Cada vez se percibe con mayor nitidez la contra ilustración conservadora. Como nos indica la Dialéctica de la Ilustración, la enfermedad de la razón, reduce en su propio origen en el afán del hombre de dominar la naturaleza, La Ilustración nace bajo el signo del dominio. ¿Es este principio, el que nos ha llevado a la situación actual? ¿Es el dominio, el principio de todas las relaciones? Todo es sustrato de dominio. Es la gran dialéctica posmoderna. Incluso los procesos lingüísticos y semióticos están marcados por este substratum. Diríamos con Derrida que una suerte de logó centrismo se apoderó de la sociedad.

Decimos libre mercado, en vez de capitalismo, nombramos la privatización de los servicios públicos como externalización de los servicios. La derecha económica, mediática y cultural solo tienen un objetivo anacrónico, desmantelar el Estado del Bienestar, en su obsesión con el Laissez-faire y su Darwinismo Social, han llegado a identificarse y santificar a Robert Norzich. Profeta del estado raquítico, inane y de la anomia de lo publico ( Este autor es imprescindible en la política del actual Gobierno de la Comunidad de Madrid). Norzich promueve una especie de Anarco Capitalismo, que el mismo denomina anarquismo de derechas o “libertarismo.

Economía Sostenible, contra, Economía Insostenible, Economía Real, versus, economía virtual. Hablemos claro estamos ante un cambio de modelo, por lo tanto tendrán que cambiar más tarde o más temprano las actitudes, los valores y los hábitos de producción, distribución y consumo (como muy bien nos indicaría Marvin Harris desde el punto de vista Antropológico). Esta adaptación se basa en un modelo más solidario, redistributivo, horizontal y por lo tanto estable. Más que un planteamiento político, es una necesidad social, tiene que ver con un análisis científico social.

El modelo capitalista actual en su formato del beneficio a corto plazo y búsqueda de la rentabilización inmediata, esquilma la naturaleza, cosifica a las personas como otra herramienta más del sistema, manipula las necesidades como elemento vital del ser humano , para conseguir sus objetivos sobre el consumo, instrumentalizando incluso el ocio y el descanso de los ciudadanos. Todo esto es parte de la dialéctica del dominio. El modelo capitalista actual fagocita su propio desarrollo y su futuro, es decir que el capitalismo posmoderno, como lo conocemos, es el que nos ha llevado a esta situación. Este Anarco Capitalismo, sin reglas, sin leyes y sin contrapesos, está acabando con el propio modelo. Los Popes del capitalismo acabaron con el capitalismo.

Un gran gurú del sistema como Peter Drucker, preconizo que el capitalismo del siglo XXI, estaría en manos de grandes ejecutivos asalariados, Los Profesionales del Saber. Estos grandes directivos tendrían todo el poder, dado que en las grandes corporaciones, la atomización del accionariado y la indefensión de los usuarios y consumidores les darían todo el poder de acción.
Toda esta estrategia pone en peligro la Sociedad del Bienestar y por ende los Derechos de Ciudadanía, (Ley de dependencia, Salario de ciudadanía etc., acabar con la dominación implica avanzar en los derechos a la Solidaridad estructurar en el Siglo XXI los Derechos de Tercera Generación.


El nuevo paradigma: El consumo

Gran parte de la clase empresarial española, sobre todo la considerada fáctica, mantiene una dialéctica per se, sobre la falacia siguiente:
Los empresarios somos los que creamos el empleo, por lo tanto tenemos la llave o poder sobre la creación de empleo, por lo tanto sobre el nivel de desempleados del país.
Sobre esta falacia histórica, tendríamos que convenir que la tasa de paro actual, se basa en que los empresarios, se han confabulado para que el desempleo sea insostenible. Pero esto no es real, ni hay tal confabulación, ni los empresarios pueden crear empleo, dado que el empleo sobre todo lo crea el consumo.

El consumo es la variable que mejor puede consolidar una economía sostenible en el futuro.
El ethos de la sociedad actual, se basa en el consumismo, en la creencia de que la acumulación de objetos y de productos, es sinónimo de triunfo social, siendo este valor una de las variables más importantes en el desarrollo de las sociedades capitalistas. En este punto deberíamos de discernir si el consumo es una opción libre de los ciudadanos o por el contrario, está dirigido y controlado por la industria.

Existen grandes grupos de opinión que aseguran que la producción y por ende el consumo, sigue en manos de las empresas ofertantes y por tanto el consumidor es un mero comparsa, mecido y llevado por las diferentes estrategias de mercadotecnia que se ejercen sobre ellos, como las sirenas del Odiseo con sus cantos malditos.
Knobloch insiste en que se consume lo que deciden los productores, arropados por el marketing. Al otro lado para el antropólogo inglés Daniel Miller, son los consumidores, los que dirigen consumo y producción, llegando a ser una especie de “Vanguardia de la Historia”, considerando al consumidor “La clase Universal”.

Esta parte de la teoría de Miller sería real si el consumidor comprara de una forma racional, de una forma consciente, esto es si estuviéramos organizados como grupo, de una forma activa y racional, comprendiendo que cada acto de compra que ejercitamos, cada euro que gastamos y consumimos, tiene una repercusión vital e inmediata en la cadena económica. No solo dejándonos llevar por factores emocionales o motivadores, sino ejerciendo un compromiso con cada acto de compra. Un compromiso que tiene que implicar conocer:


¿Qué se compra?

Analizando el producto o servicio, calidades y prestaciones. No dejándose llevar por la logomaquia de las marcas líderes, ni tampoco por el factor precio de las marcas de distribuidor, existen marcas segundas e incluso terceras. En cada caso el análisis tendrá que ser meditado, habrá marcas lideres que en cuanto a calidad y precio colmen nuestras expectativas, y habrá marcas propias que cumplan su función con honestidad.


¿Cómo se compra?

Se compra racionalmente, se compra impulsivamente. Se compra al contado, se compra a crédito.

¿A quién se compra?

Esta cuestión es de vital importancia, para desarrollar este nuevo paradigma: Conocemos a las empresas, quién compone los accionariados, no físicamente, si no, en cuanto a filosofía y valores. Cumplen los mínimos niveles de responsabilidad social, son respetuosos con el medio ambiente, con la igualdad y el respeto a sus trabajadores, no fomentan o desarrollan la explotación infantil, invierten sus beneficios en los países donde operan, etc.

¿Cuándo se compra?

Se compra en temporada del producto. La estacionalidad es un condicionante de precio, se analiza la oferta y la demanda afectada por la estacionalidad.

¿Dónde se compra?

En que canal de distribución se compra, cuales son sus objetivos, al igual que en el caso del productor o canal inicial, hay que conocer cual es su desarrollo finalista y su actitud de responsabilidad social.

¿Por qué se compra?

Intervienen factores racionales o por el contrario factores impulsivos, se “necesita”, o se “desea”. Es un bien necesario o superfluo. Existe una cadena de producción, distribución larga o corta, es decir, el producto o servicio, es horizontal o vertical, intervienen pocos o muchos agentes económicos.

¿Qué se consume?

Es saludable, tiene productos químicos, es transgénico, es orgánico, cuál es su procedencia, se ayuda a productores del tercer mundo o a productores y trabajadores locales.

¿Cómo se consume?

El primer mundo, tiene sobre peso, problemas de obesidad y enfermedades derivadas de la sobrealimentación.

¿Cuándo se consume?

Se consume por modas, por emulación, por novedad. Existen épocas altamente ritualizadas.

¿Dónde se consume?

Se consume en el hogar, se cocina, se elabora, o por el contrario se consume comida basura, en establecimientos de dicha comida. Se consume en centros de ocio, centros comerciales o en establecimientos detallistas.

¿Por qué se consume?

Se consume por necesidad, por ostentación, por emulación, por vanidad, por autoestima, por envidia, por afectividad.

En definitiva, todo esto deberíamos abordarlo de una forma racional, para que realmente el consumidor sea en un futuro próximo un agente económico de primera magnitud y que con sus decisiones pueda sustentar una economía sostenible sustentada en valores. Es su derecho como consumidor y su obligación como ciudadano. Pero todo esto tenemos que analizar y saber, para un acto tan simple a priori como es consumir? Si consumir es como respirar. Sí sería necesario, para poder ejercer una acción reguladora y lógica en el mercado económico. Desde los poderes políticos tenemos que desarrollar factores que incidan en esta realidad a través de la información y la formación.

Thorstein Veblen, en su teoría de la clase ociosa, nos dice, que la clase ociosa como factor económico, no solo consume de forma visible, de forma ostentosa y superflua, si no que induce a consumir a las demás clases motivadas por emulación. No cabe duda que parte del problema del desmorone del modelo es que el propio ciudadano entró en una carrera vertiginosa de sobre-consumo y lógicamente de sobre endeudamiento, la deuda de las familias españolas es de un 125% sobre el dinero disponible. 

Entonces acometer un análisis científico desde diferentes áreas Inter disciplinares sobre el fenómeno del Consumo, es de vital importancia para desarrollar un nuevo concepto de economía. Un consumo racional, lógico, ecuánime y sobre todo analítico, dará como resultado un tipo de economía mucho más estable y con un desarrollo sostenible.


Binomio Consumo y Empleo

Más del 95% de las empresas en España son Pymes, micro pymes y empresarios individuales, esto quiere decir que el empleo se concentra en empresas de menos de 250 trabajadores, siendo la mayoría de entre 1 a 5 trabajadores. Estamos ante una realidad empresarial muy atomizada y fragmentada. En cualquier caso existen datos de diferentes observatorios empresariales, que indican que los empresarios españoles, en más de un 65% no tienen estudios medios, es decir, que serían el prototipo del “Me hecho a mi mismo”. Esto en si mismo no es nada vergonzante o que lleve a factores de inferioridad, es un solo un dato.

En la otra cara existen encuestas que dicen que solamente el 1% de los licenciados en empresariales Españoles, están dispuestos a emprender, es decir a generar empresas. Además la tasa de desempleo en España es el doble que la de la Unión Europea.

La cuestión entonces que se plantea es la siguiente:

Existen políticas de empleo activas suficientes para fomentar el emprendimiento, el autoempleo individual y colectivo. España es uno de los países occidentales en los que menos está extendida la cultura de emprendimiento, existen muchos factores para que esto sea así, pero lo importante, es que nunca se a superado la barrera ideológica de asalariado a emprendedor o auto empleado.

Es evidente que se necesita una gran apuesta por la formación específica sobre este factor, formación además de técnica, sobre todo en lo concerniente a las aptitudes. Esta formación debería de ser transversal en todos los niveles de la formación reglada a partir de una cierta edad, en la formación profesional, universitaria y no digamos en la formación ocupacional y continua.

El binomio consumo – empleo, o más bien necesidades – producción, debería estar desarrollada y analizadas por observatorios sociales, y laborales. Pongamos un ejemplo:

La ley de dependencia se basa en necesidades sociales de colectivos de ciudadanos con unas determinadas características, este derecho ciudadano, en la actualidad lo monopolizan dos o tres grandes corporaciones de servicios sociales que obtienen de las corporaciones locales y comunidades autónomas financiación para llevar a cabo dichos servicios, pues bien, el margen , de estas corporaciones es decir la diferencia del precio facturado/hora, menos el coste de mano de obra de sus trabajadores, es decir casi todo el coste, dado que todo el servicio se basa en las personas o en los recursos humanos, es del 67% , con lo cual dos tercios del valor es beneficio bruto.

Con una política activa de autoempleo colectivo, donde los trabajadores sociales asociados libremente, fueran a la vez socios y trabajadores, se podrían como mínimo conseguir tres objetivos:

O bien que el salario del trabajador fuera más justo. O bien que más usuarios recibieran dichos servicios, con lo cual se crearían inmediatamente más puestos de trabajo. O bien que la subvención de la Administración fuera de menor cuantía, por los mismos servicios.

En cualquier caso...
Si políticamente, no se ejerce una praxis política en este sentido, no se “interviene en los mercados”, desde un punto de vista de crear las condiciones justas, equilibradas y solidarias, evitando la corrupción legal, fomentando la ética social y sobre todo no condicionando al mercado, sino ofreciéndole soluciones lógicas y racionales, para el bien común, para el conjunto de la ciudadanía, llegará un día que Sicilia estará dominada por los especuladores y el que se tendrá que ir de la ciudad será Dionisio y con él la mayoría de los ciudadanos, cosa que no querría Aristóteles.

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