23 oct 2013

Corrientes del Moderno Movimiento Cooperativo

Historia del Movimiento Cooperativo III

En la mayoría de los textos oficiales de la Alianza Cooperativa Internacional se fecha el comienzo del cooperativismo moderno en 1844 con la creación de la «Rochdale Society of Equitable Pioneers», cuyos principios siguen siendo la base a partir de la cual se define hoy una cooperativa. 

Los Pioneros de Rochdale
En realidad esta cooperativa ni siquiera fue la primera cooperativa de consumo británica: la «Sociedad de las Hilanderas de Fenwick» había sido creada ya en 1769. La importancia que se le ha otorgado posteriormente se debe a que se trató de un temprano «caso de éxito» de una cooperativa de consumo. Rochdale era un buen «mito fundacional» para un movimiento que pretendía marcar distancias con los movimientos revolucionarios de Europa continental y su insistencia en que el centro del «problema social» estaba en la propiedad de los medios de producción. 

En realidad, hoy resulta evidente, por la documentación disponible, que el cooperativismo agrario y de producción, son el resultado de la evolución de las tierras comunales y los artes dedicados a la pesca que existían, desde la Edad Media, en amplias regiones del Sur de Europa. En regiones como las penínsulas ibérica e itálica hay docenas de ejemplos documentados y bien conocidos de cooperativas modernas de trabajo anteriores en varias décadas a los «pioneros de Rochdale».

El cooperativismo, en tanto que praxis social de la organización económica colectiva, precede pues en mucho a sus teorizaciones. Sin embargo se ha nutrido históricamente de distintos aportes que han dado forma a distintas experiencias, formas de organización y relatos que se entrecruzan en la historia de las prácticas cooperativas. Podríamos resumir en tres grandes perspectivas las diferentes corrientes que aparecerán a lo largo de la historia de las prácticas cooperativas:

1. La libertaria/mutualista, con origen en Fourier (1772-1837), cuenta durante los siglos XIX y XX con importantes teóricos políticos como Joseph Proudhon (1809-1865) o Piotr Kropotkin (1842-1921) y activistas que reformarán el movimiento cooperativo desde el comunalismo hacia los modernos métodos de gestión, como Fernando Garrido (1823-1881). Esta corriente pondrá el acento en la consecución de autonomía para la comunidad y las personas a través del mercado, imaginando en el extremo la innecesaridad del estado por la agrupación libre (federalismo) de comunidades organizadas cooperativamente. También llamada «mutualismo», será la corriente inspiradora de la larga experiencia cooperativa ibérica hasta el franquismo y el «estado novo». Actualmente cuenta con una nueva generación de teóricos de gran talla como Kevin Carson] y un renaciente movimiento ligado al neovenecianismo y al desarrollo del concepto de filé*.  

2. La socialista, vinculada al movimiento sindical socialdemócrata y algunas ramas nacionalistas del comunismo, tendrá por contra una mirada reticente hacia el mercado y pensará a las cooperativas desde su relación con el estado. En sus teorizaciones estatalistas más radicales como el llamado «socialismo autogestionario yugoslavo», las empresas son entregadas a organizaciones sindicales para su «autogestión», y el estado mismo evita mediante la planificación la competencia generalizada. En otros modelos como el del kibutz de la izquierda del movimiento sionista, la estructura económica comunitaria se piensa como herramienta de colonización territorial y construcción nacional-estatal a pesar de su autonomía legal.

3. La católica, con economistas implicados en el desarrollo a gran escala del movimiento cooperativo como Charles Gide (1847-1942) o activistas como el padre José María Arizmendiarrieta (1915-1976), inspirados por las ideas del cristianismo socia y la doctrina social de la Iglesia Católica. A pesar de adolecer en muchos casos de objetivos asistencialistas, tendrá una importancia central en el desarrollo del movimiento cooperativo industrial y de consumo en Francia y Bélgica primero y en Mondragón hasta la actualidad.

(*) File o filé, del griego φυλή (en inglés phyle) es el nombre que recibe una comunidad transaccional -o una red de comunidades transaccionales- que se dota de un tejido empresarial y comercial propio, basado en compañías comunitarias y ordenado bajo el principio de democracia económica, para asegurar su autonomía.


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